
Él fue un gran aporte al llamado
"boom novelístico latinoamericano", que fue un fenómeno editorial que
surgió entre los años 1960 y 1970. Este boom fue producto de novelistas latinoamericanos relativamente
jóvenes que fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo y a su vez
estos novelistas latinoamericanos se
hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la
acción política y social, afortunadamente muchos de esos escritores pudieron llegar
a los mercados
y a públicos más allá de América
Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través del exilio.
Existe una desfamiliarización, es decir,
una intervención sobre la forma
artística que tienen como objetivo el hacerlas extrañas a su misma naturaleza,
leer este texto significa mirarme en mi propio espejo, me descoloca de una
manera irreversible casi inhumana, provocando una desaumatizacion progresiva,
es decir, un proceso por el cual mi espíritu creador individual irrumpe en esta
simbología de Donoso y hace que este lenguaje se revele contra su carácter
colectivo y socializado, rompiendo la relación estatuida y convencionalizada
del propio lenguaje utilizado en este
análisis.
En términos de los formalistas rusos,
tendríamos que decir que la obra de este autor se conecta con una serie
literaria y cultural de peso dentro de la literatura chilena, sello que
imprescindiblemente ha dejado marcado para siempre con el libro que lleva por
titulo Historia personal del Boom (1972) que sin lugar a dudas es un libro que aunque breve, es incitante y
excitante, que en el corto espacio de 125 páginas, Donoso ha tenido la genial
habilidad de encontrar un sitio para muchas cosas radiantes de interés: para lo
personal y lo general, para la categoría y la anécdota, para la historia y la
profecía.
El autor, que exhibe una sabiduría
novelística descomunal, formula con frecuencia afirmaciones desconcertantes.
Por ejemplo, en el primer capítulo, dice que el boom "es una creación de
la histeria, de la envidia y de la paranoia". Y no porque dude de que, en
la década del 60, saltaron al primer plano de la novelística un grupo de
hispanoamericanos de muy alto valor. Por el contrario, afirma rotundamente su
existencia y comprueba, gozosamente, el hecho. Lo que le irrita es ese extraño
vocablo de “boom”, y no por extranjero, sino porque ese término inglés conlleva
numerosas connotaciones peyorativas que tuvieron muy en cuenta los detractores
de esos novelistas al encapsularlos en ese sustantivo. Donoso nos señala que “boom es una
onomatopeya que significa estallido; pero el tiempo le ha agregado el sentido
de falsedad, de erupción que sale de la nada, contiene poco y deja menos".
Piensa Donoso que la novela
hispanoamericana, internacionalizada en la década del 60, debió su difusión a
que se decidió a hablar un lenguaje internacional. Para ello le fue necesario
romper con el pasado y dejarse contagiar por los grandes autores europeos y
norteamericanos.
Él es un maestro del surrealismo oscuro,
la fantasía macabra y la sátira social. Su narrativa se caracteriza por una
constante tendencia a mostrar la descomposición de las agrupaciones humanas, a
través de la decadencia de sus personajes, es considerado también un maestro en
la técnica de crear universos literarios. Mediante una gran capacidad de
observación logra espacios perfectamente delimitados y, a menudo, oscuros. Las
fuerzas antagónicas puestas en conflicto, siempre amenazan con la destrucción
del sistema. Influenciado por la literatura anglosajona contemporánea, es decir
por la generación en chile del 50 marca de manera definitiva la vigencia del
grupo generacional. Se percibe ahí una comunidad de intereses que lo
identifica. Una de la características de esta generación es que reacciona a la
generación del 42, altamente comprometida con lo local y enarbola temas
universales que permite que se pueda hablar de problemáticas que afectan a un
ser humano en cualquier parte del mundo.
El examen del mundo narrativo detecta la
presencia de una serie de motivos comunes, una atmosfera similar y un intento
de superar patrones que habían sido característicos del quehacer novelesco
nacional. En todas estas novelas descubrimos el espíritu renovador y reformista
de la generaci6n del 57, en ese momento nos
señala el académico Eduardo Godoy en su libro La generación del 50 en
Chile, "la novela chilena cambia definitivamente de rumbo y asume, por
fin, las categorías que se proclaman como necesarias desde hacia ya mucho
tiempo".
Los breves cuentos de Donoso demuestran
el resentimiento por la clase alta, el que probablemente tiene su origen en su
niñez. Según estudios “para las personas desfavorecidas o los viejos, la vida y
la muerte tiene inmediatez que nunca es sospechosa por la clase alta de mucha
satisfacción, la que ignora el caos por cubrírselo con un velo de orden.
Donoso estudia la dualidad de vida entre
el bien y el mal, el orden y el caos, la vida y la muerte, y además examina la
incapacidad del humano conciliar los dos lados de la existencia”. Esto es una
reflexión tomada muy seriamente de un libro escrito por Miguel Ángel Náter, en
el capítulo IV “Coronación o la locura como acceso al paraíso” habla sobre un
existencialismo, casi como una dualidad se habla del Neo-Realismo en relación
con el existencialismo, ya que esto se opone a la idea de ver en su obra la
decadencia de la alta burguesía la cual el afirma que pertenece, por un lado
Donoso vislumbra el lado negativo del
mundo y por extensión el de la burguesía, la decadencia es evidente, pero él
prefiere matizar la búsqueda de una edad de oro que esta en el pasado anhelado
de la alta burguesía ese paraíso deseado fundamenta las esperanzas que
caracterizan a estos personajes residuales y de la decadencia en que en cierta
medida se opone al apocalipsis.
La vida de la ciudad puede tener un
efecto similar del velo. Las ciudades son unidades ordenadas. Son planeadas en
las manzanas y todo dentro de la ciudad trabaja por un programa, sus
ciudadanos, sus empresas, sus tranvías, etc.
El narrador de Una señora comentó sobre
eso, ya que nos señala que “La hilera de casa bajas se prolongaba a lo largo de
la acera: ventana, puerta, ventana, puerta, dos ventanas, mientras los
zapateros, gasfíteres y verduleros cerraban sus comercios exiguos”. Es fácil
estar envuelto por la rutina y dejar de observar los individuos y solo ver las
personas como caras en blancos entre la multitud que pasa rápidamente.
En este texto Donoso nombra utiliza el
artículo indefinido “una”, es decir,
puede ser cualquier señora, es decir, no
hay un límite señalado o conocido. En esta parte asistimos al extrañamiento,
abordados por los formalistas rusos, ya que el autor reitera en el texto el
indefinido una más de treinta veces sin centrarse en una mujer especifica y por
lo tanto, alude a una desespecificación donde la mujer en el cuento puede ser
cualquier mujer. Donoso arma este personaje indefinido, diciéndonos: “una de
esas señoras cincuentonas, de las que hay por miles en esta ciudad: ni hermosa
ni fea, ni pobre ni rica”. La descripción es imprecisa y se puede aplicar a cualquier mujer. Cuando el
narrador creía que había visto la señora por segunda vez, por la única razón
que la mujer también llevaba un impermeable verde, comenta con impotencia: “hay
miles de impermeables verdes en esta ciudad”.
Somos incapaz de resolver la dualidad de
la existencia: la vida y la muerte, el bien y el mal. Las personas entran y
salen de nuestras vidas cada día, pero
no nos damos cuenta, así nos
señala: “No recuerdo con certeza cuándo fue la primera vez que me di cuenta de
su existencia”. Cuando el narrador creía que la mujer había muerto, él fue a
los funerales de una mujer al azar que la había encontrado declarado muerta en
las noticias. Después de los funerales, él pensaba “en la señora solo muy de
tarde en tarde”.
En el final del cuento, el narrador cree
que el presente sería una reproducción
de la otra vida ya vivida, y luego piensa en una vida futura, es decir, él
conocerá a la señora otra vez. Y afirma: “Pero me da un poco de risa, porque yo
mismo vi depositar su ataúd en el nicho, en una pared con centenares de nichos
todos iguales”. Una señora era solo una de muchas. Quizás, todos debemos
reducir la velocidad de vida, hacernos el tiempo para observar y agradecer a la
gente. Quizás todos debemos bajarnos del tranvía.
El principio constructivo en términos de
Tynjanov en este texto es la degradación del ser humano, su individualización,
la soledad, la monotonía del ser y los sistemas con los que se relaciona
claramente es una crítica social, ya que siempre Donoso tiende a comparar su
vida con la actual, su simbología pasa por su niñez, su infancia, su casa, sus
padres, su nana Teresa que siempre la recuerda.
Las series literarias están vinculadas
en este breve cuento, y en toda su obra por ejemplo la serie cultural esta
confabulada con la clasificación de sus
novelas, desde la primera de fines de los cincuenta hasta la última en los
noventa, de acuerdo a sus brotes de úlcera, fobias, ataques de pánico, sesiones
de psicoanálisis, efectos psicotrópicos, hechos que en las entrevistas el
propio autor contaba con una mezcla de masoquismo, sadismo y orgullo así como
la filosófica que enmascara la sociedad actual con la que el vivió y la serie
política con el exilio que el sufrió en carne propia durante casi diez años que
estuvo fuera de Chile.
La función poética de este texto es
clara y concisa, los factores
involucrados en la comunicación verbal, con los que se trata de comunicar
Donoso son elocuentes, pero están
entrampados en la realidad circundante del protagonista, en este caso es él ,
su interior, su exterior, mostrando sus miedos, sus inseguridades, sus
desvelos, su rutina diaria, su descontento con la sociedad, el día a día, al
suburbio, las clases sociales, el progreso, el estancamiento germinal
dicotómico del ser humano, ahí ocupa mucho la figura literaria de la
reiteración, la cualidad que tienen aquellos mensajes lingüísticos cuando se
orientan de forma relevante, pero no única, hacia su misma forma es inigualable
y mágica, únicos de este autor controversial y majestuoso, entonces en este sentido, podríamos decir que la «función poética» sería la función
característica de su lengua literaria,
su propia lengua el crea su propia literariedad y la hace suya , la incorpora a
sus textos , sus novelas , sus poesías en la que el factor dominante es la
propia forma del mensaje y en este caso y en Una señora lo deja entrever de
manera más sutil, pero ensimismado de un recorrido hacia la misma vida común
que tenemos hoy en día en el recorrido de nuestro diario vivir, nuestro diario
existir, sucumbiendo a las decadencias intransitables del ser por el ser.
Por Mery Laisser Whitetower
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